martes, 11 de diciembre de 2012

Prim se ha Ido


……..Y ahí es cuando el resto de los paracaídas estallan.
- ¡Estallaron! ¡Estallaron! – Grito con todas mis fuerzas, aunque lo más probable es que haya sido para mis adentros, la debilidad que se ha apoderado de mi es tan intensa que sé que la única razón por la cual no estoy tirada en el suelo es porque sé que Prim si lo está, todo lo que soy anhela llegar pronto a su lado, tomarla y de algún modo curarle las heridas que tenga, como sé que ella habría hecho conmigo si la situación fuera al revés ¡Cómo debería ser realmente!

Comienzo a caminar por entre los muertos, o quizás moribundos, no me importan ellos, en este momento solo me importa ella “Oh Prim resiste! No te vayas mi pequeña” es lo que escucho dentro de mí una y otra vez. El ruido alrededor lleno de gritos de dolor pidiendo ayuda, solo gemidos por montones sin duda debe ser insoportable, pero lo que siento dentro de mí es más fuerte, gritos desesperados de mi alma “¡No! Todo lo que he hecho para protegerla no puede ser en vano, ¡Tanto dolor solo fue por ella! ¡NO DEBE SUFRIR! Prim, Prim, Prim!”

Avanzo torpemente, veo cadáveres de niños incluso menores a mi pequeña hermana, uno de ellos ¡un bebé! Con un charco de sangre a su alrededor ya ha muerto pero aún mantiene sus ojos abiertos, siento que murió por mi culpa el Capitolio debió enviar las bombas porque sabía que yo estaba aquí ¿verdad? Así que todas estas muertes son mías y si no llego a tiempo ¡también la de Prim! Debo dejar ese niño atrás aunque sus ojos parezcan pedir clemencia, pero ya se ha marchado con su inocencia a un mejor lugar, eso es claro, pues cualquier lugar es mejor que esto.
 “¡Snow!” pienso llena de ira pero no tengo tiempo de sentir odio hacía él, pues un profundo dolor me toma cuando veo en el suelo un rostro angelical lleno de sangre, sus labios tímidos tiemblan de dolor intentando gemir; manos blancas, tiernas y pequeñas intentando moverse aunque sin conseguirlo, se ve claramente su dolor ¡transpira desesperación! Su cuerpo pide piedad, quiere terminar ese sufrimiento y de seguro no merece sufrirlo; pero sus ojos buscan algo, más bien a alguien: a su hermana y la ha encontrado porque me mira fijamente ¡esos ojos! ¡No! ¿Por qué está sufriendo? “¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No!” De pronto mis fuerzas no dan más, aunque estoy a unos pocos pasos de Prim caigo rendida al suelo, pero no por física debilidad sino porque sin ella mi vida no es lo mismo, la necesito “¡No te vayas Prim!” Intento arrástrame para llegar  a ella y no tardo en hacerlo. Su cuerpo tan pequeño y frágil está tendido en el suelo, sangrando, gritando en silencio. Sus piernas están rotas eso es claro, pues se ven flojas ¡casi como una marioneta! ¡Pero es mi hermana! ¡Mi hermana! ¡No una marioneta! “¿Escuchas Snow? O ¿Estás viendo? Esto ahora es personal ¡pagaras por la muerte de mi pequeña! ¡Me pedirás piedad así cómo el cuerpo de mi hermana lo hace conmigo!” Dentro de mí fluyen todo tipo de pensamientos como ese, pero de mi boca no habían salido palabras hasta ahora.

-Prim! Pequeña! Te amo! Volveremos a casa juntas ¿vale? – le digo. Tengo tantas lágrimas en mis ojos que veo su rostro borroso.
- Kat.. – su voz es débil, ¡Cuánto debe estar esforzándose para hablar! – Tú vas a ganar, de nuevo.
- Si, y tú me veras celebrando la victoria. Podremos volver a casa y jugar con Buttercup, prometo que seré la más amable, todo volverá a ser como antes, casi como cuando estaba papá- No, yo sé que no pasara ¿me creerá? Lo cierto es que son tantas mis lagrimas que caen sobre su rostro, que yo aprovecho para limpiarle el rostro con ellas, Mmmm ¿mi dolor limpiara el de ella? Mis lágrimas limpian su sangre, ojala limpiaran su interior de tanto dolor que ha vivido.    
- Yo siempre estaré viéndote desde donde esté – me dice con la voz cada vez más débil, así que la tomo en mis brazos y la llevo a mi pecho. No puedo mentirle más, no sé qué decirle y de cualquier modo ella sabe que no es verdad. Estuvo mucho tiempo con enfermos, sabe mejor que yo cuando se irán ¿es justo que alguien de su edad comprenda cuando la muerte llama? No niego que en este momento recuerdo aquel día en que Peeta me arrojo el pan ¿Debió dejarnos morir? Quizas, pues así nada de esto estaría sucediendo, Prim no estaría desangrándose en el suelo y mi corazón no estaría machacado como ahora, juntas estaríamos con papá, seriamos tan felices….
- Perdóname Prim, jamás quise hacerte daño – no sé de donde salen tantas lagrimas, gota a gota mi amor se desborda por mis ojos. Mi voz es desgarradora. – No sé qué hacer sin ti
-Ganar, gana por mí, gana por papá – intenta abrazarme pero sus brazos no tienen fuerza. Me mira a los ojos y veo brotar una lagrima y con ella las palabras que marcaran mi mente por siempre. – Gracias, eres la mejor hermana del mundo, gracias por cuidar de mí, gracias por tus canciones, gracias porque me enseñaste a vivir, siempre fuiste mi ejemplo, soñaba con ser como tú. Sí, he sufrido, pero tú siempre fuiste mi felicidad.

Esas fueron sus últimas palabras, ha muerto en mis brazos y cubierta por mis lágrimas, sus ojos están abiertos mirándome aún. Levanto mi mano y la pongo en su rostro, la acaricio por última vez, cierro sus ojos suavemente para luego, con ternura, dejarla en el suelo ¡tanto dolor! Pero no más lágrimas, parezco insensible ante la situación, pero solo es un escudo que protege lo que se forma dentro pues lo que hago después requiere de todas mis fuerzas, aunque sean pocas.
Me levanto, tambaleando pero estoy de pie. Miro fijamente el edificio desde donde Snow debe estar riéndose de mí para luego gritar:


- Es el fin de mi pequeña ¡Es también el tuyo Snow! Juro por Prim que no terminaras vivo – mi voz es tan fuerte que seguro se escucha incluso lejos de aquí, pero sale tan natural que siento como si susurrara – están acabando estos juegos, y para el final ¡vas a estar muerto! – Saco el símbolo del sinsajo de mi bolsillo, lo pongo en mi mano señalando hacia el lugar – Míralo, no lo olvides Snow, es el símbolo de tu fin- lo lanzo fuertemente- pero ya no peleas con un sinsajo, peleas contra ¡Katniss Everdeen! ¿Escuchas? ¡Te veré caer!
Me desvanezco, mis fuerzas no dan más. Creo haber visto a alguien con el uniforme de los rebeldes pero no estoy segura de nada. Caigo al suelo sin poder contenerme y quedo allí tirada débilmente con el cuerpo de mi hermana al lado, solo veo oscuridad, la inconsciencia se aproxima ¡Desearía morir aquí también! Pero ganare por ella.
- Ganare por ti – Tomo su mano, me aferro a ella como en los viejos tiempos cuando tenía pesadillas, ojala esto fuera una de esas noches, pero mis más grandes temores hoy han cobrado vida “Adiós Prim”. Por más que lo intentara no podría ponerme de pie, así que quedo allí inmóvil y confirmo mi juramento – solo por ti Prim.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Adiós Gale


Allí está él sentado en la cerca que divide el distrito del bosque, dándole la espalda al que ayer era nuestro hogar, ahí está aquel que ahora es todo un hombre. Mientras camino hacia él es inevitable para mi verlo y no recordar todos los momentos que hemos vivido juntos. Aún en mi mente, seguro también en la de Gale, está ese día en el que nos conmemoraron por las muertes de nuestros padres, si, el día en el cual en vez de un consuelo nos advertían que ahora nuestras familias necesitarían mucho más para sobrevivir, nos anunciaban el peligro eminente de estar en los juegos: las teselas, la salvación de nuestras familias era al mismo tiempo nuestra perdición. En estos momentos no sé si el camino que recorro caminado hacia Gale es largo o estoy pensando muy rápido, pero por mi mente pasan recuerdos cada vez más vívidos.

O ¿Cómo olvidar nuestro primer día en el bosque? Ese día en que Gale pensó que robaba lo que  había obtenido, día en el que realmente nos conocimos, y de ahí en adelante días, meses y años enteros en el bosque compartiendo secretos, forjando una amistad que pensamos jamás terminaría, éramos libres allí, así éramos felices. Solo nosotros y aquel bosque que hoy se encuentra a las espaldas de Gale fue testigo de cada risa, lagrima, juego, charla, en fin, de cada momento vivido con él, con mi gran amigo.

Pero algo más pasa por mi mente: la bomba, Prim, su rostro. Sé que Gale jamás planearía matar a quien por tanto tiempo protegíamos juntos, él nunca le haría daño a mi familia, así como yo no lo haría a la suya. Pero… ¿Cómo borro ese recuerdo de mi mente? No puedo dejar de pensar en esa pequeña que tanto defendí, por la que di mi vida, por la que podría decirse que hoy Panem se encuentra sin la opresión del capitolio ¡Y es justo lo que odio! ¿Quién aparte de mis allegados lamento su muerte? ¿Panem sufrió por ella? ¡No! Entonces ¿Por qué no puedo perdonar a Gale? Tal vez porque no es solo cuestión de perdón, también de olvido. ¿Podría Annie olvidar lo que paso con Finnick? ¿Podrá Peeta olvidar lo sucedido a su famila? ¿Podre borrar la muerte de Prim? No, pero tampoco puedo olvidar mi amistad con Gale.
Gale me mira tímidamente, desearía saber lo que pasa por su mente, lo sabré pronto, por ahora debo estar tranquila y pensar en que él no tuvo nada que ver en la muerte de mi pequeña hermana, y en que ella, desde donde este, jamás lo culparía.

- Eh! Catnip ¡Qué lento caminas! – bromea
- Tú eres un vago ¡Camina hacia mí! – digo sonriendo pues aún puedo bromear con él, y deseo en lo más profundo de mi alma aprovechar este momento cuanto dure. Por fin llego y me siento a su lado.
- Gale
- ¿Qué pasa sinsajo? – dice con cariño
- ¡Abrázame! Necesito llorar, no lo soporto más. Necesito tus hombros, no me los niegues ahora, sé que te he fallado, pero por favor… - mis palabras son interrumpidas por sus brazos sobre mí, cálidos, fuertes, tiernos, protectores ¡Sí! Los brazos de mi amigo.  
- Jamás te lo negaría – me dice manteniéndome presionada a su pecho- Llora tranquila, ya no hay cámaras, ya no hay agentes de la paz, puedes desahogarte sin problemas, y todo gracias a ti ¡a mi sinsajo!
-  Gale – continuo sollozando, cada vez más lagrimas salen de mi – yo no pedí ser el “sinsajo” aquella chica en llamas jamás la soñé. Quería libertad, es cierto, pero no quería dársela yo a Panem ¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué me eligieron?
- Catnip, tienes más dentro de ti de lo que puedes creer, no te habrían elegido si no fueras la indicada. Sé que no querías ser el sinsajo, todo lo que siempre hiciste estuvo enfocado a los demás: salvar a Prim, vivir por ella, intentar sofocar los ánimos en Panem para proteger a tu distrito, salvar a Peeta. Sí, eres una chica en llamas, que arde de amor, que irradia esperanza, por eso te eligieron.
- ¿y? – Digo gritando y golpeando su pecho, mientras él con más fuerza me sostiene para que no me marche de su lado- ¡No salve a Prim, ni a mi distrito y Peeta está peor por mi culpa! ¡Si soy la chica en llamas es porque los he quemado a todos ¡Todos ardieron por mi culpa!

Grito fuerte, es un grito que sale desde mi interior, aquel que he querido dar desde que murió mi padre hasta hoy, al fin sale, con todo su dolor, ira, resentimiento, angustia ¡todo lo que tuve acumulado dentro de mí! Jamás lo había hecho porque no quería que todos supieran lo que sentía, pero ya no hay nadie que escuche,  el distrito 12 esta vacío….. ya no existe.

- ¿Valió la pena Gale? – pregunto con dificultad - ¿Contra quién luchaba? 
- Mmmm ahora no lo sé – dice suspirando mientras acaricia mi espalda - ¿Tú qué crees?
- No lo sé. Se suponía que al final todo sería felicidad y libertad, sin el capitolio en medio podríamos hacer lo que tanto hemos soñado. Pero…. – me detengo a tomar aire y contener mis lagrimas - Hay más dolor, hay más muertes en mi mente, hay…
- Respóndeme – me interrumpe - ¿Has ganado? ¿Sientes que lo lograste?
- Sé que he ganado, pero no sé  qué ni a quién.
- Mi bomba ¿hace parte de tu confusión? – Mi corazón da un pequeño salto, creí que ya no hablaríamos el tema, pero lo inevitable ha llegado, nuestra amistad se define aquí y ahora.
- Tú no la hiciste para ella
- Respóndeme lo que te pregunte – Me aleja de su pecho y pone su rostro frente al mío: cara a cara. 
¡No! ¡Más lagrimas no! ¿Cómo contenerlas? Sus ojos brillan frente a los míos, ojos que aunque no quiera hacerlo, dentro de mí nunca dejaré de acusar. Piensa, Piensa, ¡piensa Katniss! De pronto sale de mi boca sin advertencia alguna:
-  Jamás podre olvidar. No te odio, pero fue tu bomba Gale – y he aquí, lagrimas de nuevo ¿No podre detenerme? – “Prim no está” eso me refleja tu rostro
- Lo sabía. No te culpo Catnip, yo tampoco he podido olvidar toda la sangre que corrió frente a mis ojos, y lo peor es que yo también la derrame, solo me queda el consuelo de que generaciones futuras no vivirán nuestro horror. – Una lágrima sale de sus ojos, retira su rostro y esta vez soy yo quien lo consuela.
-Perdóname por todo – dice – por cada momento en que te falle, por cada pelea, por cada lagrima que pude haber causado – sus lagrimas son cada vez más evidentes – Cuando todo esto comenzó vi la oportunidad de vivir en el país que siempre quise, imaginaba a mis hermanos corriendo libremente por el distrito mientras mi madre, sonriendo, cuidaba de ellos. No te niego que me imagine a tu lado, feliz – no da más, su tristeza se desborda frente a mis ojos – pero míranos, aquí llorando, haciéndonos miles de preguntas, con nuestro hogar destruido frente a nosotros, con el bosque atrás al que temo entrar porque no quiero sufrir más, y lo peor, sin ti – Toma mi mano y me mira a los ojos – Sé que este es el fin, nunca quise terminar contigo de esta forma, pero la guerra ha decidido, aquí dividimos nuestros caminos.
- El fin – suspiro asimilando sus palabras – Gracias por entenderme, no solo hoy, siempre. Gracias por cuidar de mí aunque nunca aceptáramos que necesitábamos el uno del otro. Gracias por cuidar a mi familia mientras los juegos “terminaban”. Gracias por tu tiempo, tus brazos, tu sonrisa, tus palabras, tu amistad.
Sonríe y me dice:
- Encontré trabajo en el distrito 2, estaré bien con mi familia, y lo mejor: Te dejo tranquilo, porque sé que ya no hay más juegos – El aerodeslizador llega por él, se pone de pie y me abraza, sus pasos se alejan de mí, se va mi gran amigo: para siempre.
- En eso te equivocas, los juegos continúan – lo contradigo, se detiene a punto de subir y me pregunta:
- ¿Cuál es la arena?
- La estás pisando – le señalo
- ¿Cuál es el enemigo? – Creo que ya ha comprendido, porque subía mientras me preguntaba
- El mundo Gale – respondo
- ¿y el juego? – pregunta comprendiendo ya la respuesta, por eso decimos juntos:
-La vida